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He tratado de entender -lo que no significa que lo compartiera- por qué se decide que la EDUCACIÓN de los niños y jóvenes no tuviera la consideración de servicio fundamental durante el período de confinamiento.

Dado que es pasado, aunque bien reciente, no voy a entrar en ello. Pero sí creo importante posicionar el Servicio Educativo en todos sus niveles en la escala de prioridad  que debe tener de cara al futuro inmediato. Y desde mi punto de vista, debe ser PRIORIDAD 1.

Como en tantos otros aspectos la realidad antigua -que ya ha quedado en el pasado-, nos ha permitido que aprendamos algunas cosas:

  1. La Transformación Digital en el mundo educativo, de la que tanto se ha hablado, no era tal. Las aulas con pizarra digital y cañón de proyección, o las tablets en manos de los niños no son sino infraestructura necesaria, pero en modo alguno suficiente para hablar de verdadera transformación digital. Como en tantos otros aspectos, las infraestructuras, las herramientas son importantes pero no son transformadoras en sí mismas. Se requieren usuarios capacitados y entrenados en su uso para que estos instrumentos sean realmente eficaces.
  2. No es un problema de colegio público o privado. Hemos visto cómo docentes de colegios públicos han sabido adaptarse a la falta de presencialidad de forma adecuada a las exigencias didácticas, y colegios privados que han hecho el más solemne ridículo enviando fotos de ejercicios por whatsapp a los padres.Una vez más, los y las profesionales han demostrado que los cambios y la capacidad de adaptación es el resultado, primero de la voluntad de hacer las cosas; después de la capacidad de pensamiento creativo para encontrar soluciones mientras muchos buscan problemas; y sobre todo, de la decisión de hacer.
  3. La implicación de la familia es lo que ha salvado los muebles del último trimestre del año escolar 19-20 para una gran mayoría de niños y jóvenes. Hace muchos años que se acuñó el concepto “Ecosistema Educativo” en el que se integran los sistemas educativos (docentes y discentes), las instituciones pública y privadas que los regulan y organizan, las familias y, en menor medida según los niveles, la empresa y la sociedad. A lo largo del tiempo cada uno de estos vectores ha tomado su protagonismo de forma independiente, en ocasiones, enfrentándose al ecosistema. Así, el binomio padres-maestros no siempre ha sido un equipo fuerte. De igual forma que empresa-colegio o empresa-universidad tampoco han sabido siempre colocarse en su justo término.

Una vez más, una situación crítica ha ayudado a olvidar el “ombliguismo” que producen los intereses individuales para estimular la cooperación imprescindible para superarla. Sin lugar a dudas, han sido las familias [padres y madres] los héroes de la educación durante las duras semanas de confinamiento.

Y ahora, comenzando el verano, mientras la mayoría de los adultos celebran la apertura de bares, restaurantes, playas, discotecas.., yo sigo reflexionando sobre si EDUCACIÓN es o no un servicio básico y fundamental y, sobre todo, qué va a pasar en septiembre.

Dado que lo que oigo en los medios de comunicación me produce una mezcla de risa y tristeza por cuanto muchas declaraciones tienen de insensatas, vagas, complejas de ejecutar y, todas ellas muestran que se hacen desde y para la estructura académica, me voy a atrever a exponer algunas ideas, como suele decirse…, para que consten.., y sean de utilidad para quien quiera escucharlas. 

PREMISAS que por OBVIAS, parecen OLVIDADAS:

  • El sistema educativo tiene como finalidad EDUCAR a niños y jóvenes. Educación es un complejo sistema en el que confluyen elementos puramente cognitivos (formación); habilidades y técnicas (entrenamiento) y conductas y comportamientos (hábitos individuales, colectivos y sociales).

Sí, lo fácil es la formación. Dar o impartir contenidos formativos que se evalúan con los simples exámenes escritos y aún más sencillos de corregir si son tests.

Lo interesante es que, para esto, hay alternativas facilitadas por las nuevas tecnologías que resultan más divertidas, elocuentes, actualizadas y coherentes con las formas de aprender de las nuevas generaciones. Por tanto, focalizar el sistema educativo en su dimensión estrictamente formativa permitiría plantear muchos sustitutivos.

Algo más complejo podría parecer considerar la función del entrenamiento, si bien, después de semanas haciendo pan, yoga o música.., también podríamos decir que hay formas muy interesantes, probablemente mucho más económicas e igualmente eficaces de entrenar la mayoría de habilidades.

Es, por tanto, la EDUCACIÓN en hábitos y valores, que permitan adquirir conductas y comportamientos de hombres y mujeres libres y maduros lo que, hoy por hoy, no tiene fácil sustitución.

  • El objetivo del docente individualmente y del Sistema en su Conjunto es el APRENDIZAJE de niños y jóvenes. No se trata de “enseñar” cuánto sé yo-profesor. Se trata de que yo-profesor/maestro procure, facilite y consiga que Tú-Alumno aprendas.

Esto también hace bastante poco sustituible la labor de los docentes, si bien, la mayoría, se auto-sustituyen por libros que leen o videos que proyectan.

  • El Sistema Educativo forma parte del gran ecosistema socioeconómico y familiar. Esto es clave en estos momentos.

Por un lado, la nueva realidad del sistema educativo desde los “0” a los “90” años nos debe interperlar e interesar a todos. Personalmente, no quiero más “héroes”. Y esta vez no tendríamos la excusa de “no lo vimos venir.., no sabíamos de qué se trataba.., etc.”. La educación de los niños y jóvenes de nuestro país es una responsabilidad de toda la sociedad y todos podemos y debemos participar y cooperar en ello.

Al mismo tiempo, el Sistema Educativo estrictamente entendido no puede buscar soluciones de forma aislada. Ni puede ni debe luchar o entorpecer la realidad social, familiar y económica de la forma parte y en la que impacta de forma determinante. Muy al contrario, debería integrarse en ella de forma coherente y en clara sinergia. Es más fácil juzgar a las familias (padre o madre) que no pueden asistir a la tutoría por motivos laborales que establecer un modelo organizativo compatible con la realidad laboral. ¡Ah!, pero entonces.., tal vez más de un profesor proteste por los cambios de horario que de ello derivarían.

Porque no lo olvidemos, cualquier solución no compatible con la actividad laboral de padres y madres generará nuevas brechas de desigualdad entre familias y localidades. Siendo que debería ser el Sistema Educativo, junto con el sistema sanitario, uno de los pilares de la IGUALDAD Social.

Algunas ideas que podrían ser tenidas en cuenta. ¡léelas y medita sobre ellas, antes de posicionarte clamando al cielo!

Toda solución sostenible en el tiempo debe dar respuesta a la situación tal y como se plantea. Dicho de otro modo, cualquier solución organizativo-funcional debe atender a TODA la realidad. Eso significa que:

  • la presencialidad está condicionada por el número de personas en el aula
  • la opción virtual síncrona ha de formar parte de la cotidianidad
  • la cooperación y alianza con las obligaciones laborales de las familias es fundamental para la sostenibilidad de las propias familias y del país

Es como la cuadratura del círculo. ¿Cómo conciliar todo eso siendo que los niños no pueden estar sólos en casa, los colegios no se pueden estirar más, no hay plantillas suficientes….? ¡Tal vez con un poco de imaginación y buscando alternativas fuera de “la caja”! Las propuestas que se describen a continuación sólo requieren mucha más generosidad y apertura mental que recursos económicos. Y de eso, generosidad y cooperación, hemos dado buena muestra desde marzo a junio del 2020.

1.- AULA:

Espacio físico adaptado para que dentro se desarrolle una actividad académica. Imaginemos, por un momento, que en el entorno de 1-2 kms del colegio “A” hay instalaciones públicas o privadas tipo museos, incubadoras de empresas, hoteles con salones, incluso iglesias o bibliotecas… Supongamos por un momento que un Colegio no fuera un edificio, ni un recinto, sino una red de aulas preparadas y homologadas vinculadas a través de una red tecnológica.

Si consideramos esta posibilidad, se trataría de mapear la capacidad de crecimiento de cada colegio en un entorno colindante. Hay infraestructuras más que preparadas para que se puedan desarrollar actividades académicas, de hecho, una catequesis en la Iglesia, o una reunión de empresa en un Hotel se parecen mucho a una clase.

Esto permite solucionar el requisito de seguridad de no más de 15 niños por aula. Dado que la dimensión de la aulas de los colegios no permiten la necesidad de guardar una distancia de seguridad, cada aula-escolar se expande a través de aulas-satélites interconectadas telemáticamente. No es una solución brillante ni innovadora. Cientos de empresas, entidades bancarias, etc, etc, ya trabajan de esta forma.

La infraestructura necesaria es más que asumible a nivel logístico y dado que en un Colegio hay niños de distintas edades, la decisión de que los pequeños estén más arropados en el recinto, y sean lo más mayores los que roten, no es complicado de articular.

Por tanto, es una cuestión de mover los papeles en la mesa y ampliar el foco. Hay recursos, solo hay que saber movilizarlos y organizarlos. La derivada económica es evidente. Si se han medicalizado hoteles, es mucho más fácil activar recintos que están infrautilizados o cerrados, lo que crea también puestos de trabajo.

2.- CLASE VIRTUAL-SÍNCRONA:

Significa que un docente ubicado en un lugar determinado en conexión a través de plataformas seguras con funcionalidades más que testadas desde el punto de vista didáctico-pedagógico, puede dar clase a alumnos dispersos en distintos puntos. Lo que algunos han hecho con los alumnos en casa, solo que ahora, la interacción sería con esas aulas-satélite dado que los chicos no pueden en casa, porque sus padres y madres no pueden estar con ellos.

El requisito básico para este tema es la capacitación de los y las docentes en sus habilidades digitales.

Desde lo más básico, que es el uso de las plataformas, cuya curva de aprendizaje oscila entre los 10 y los 20 minutos; hasta capacidades más avanzadas como es la comunicación virtual o el diseño de contenidos para el aprendizaje en realidad digital.

Ya no hay excusas tipo “esto requiere la presencialidad de forma exclusiva”. No. Ahora ya no se puede nadie esconder tras esa afirmación que se ha demostrado falsa.

Una vez más se trata de reorganización y diseño funcional de tal forma que se produzca la necesaria rotación entre el aula-central y las satélites para que todos los alumnos reciban la formación – el entrenamiento – y la educación en dosis y ritmos similares.

3.- EQUIPOS HUMANOS.

Durante tres meses nadie se ha planteado si un padre o una madre sabe matemáticas o latín; inglés o geografía. Tan solo han sido actores protagonistas en el mantenimiento y continuidad del proceso de aprendizaje de sus hijos e hijas.

Si se trataba de clases virtuales, su papel ha sido, sobre todo, de cuidadores y vigilantes. Porque en determinadas edades los niños necesitan de esas medidas de seguridad.

Si se trataba de realizar tareas, entonces, y con más uso de google de lo que muchos se atreven a confesar, han ejercido, también, de profesores de apoyo.

Con toda probabilidad, muchos colectivos se atrevan a exigir un profesor por aula, sea ésta central o satélite. Cosa tal vez deseable, pero de todo punto insostenible económicamente. No se puede caer en el error del “todo o nada”. O hay un profesor al lado de cada grupo de niños o es imposible solucionar esto. Ésta sería la postura polarizada de grupos de presión que sólo ven una parte de la realidad.

Aquí se abren diferentes opciones. Desde contar con los padres y madres que puedan colaborar en esas tareas de vigilancia en esas ubicaciones que son extensión de las aulas, hasta alumnos de prácticas de educación, o profesionales de un perfil intermedio. De igual forma que en el sistema sanitario se ha estratificado la cualificación profesional, sería perfectamente posible hacer algo similar en el sistema educativo. Y lo interesante es que no serían soluciones excluyentes, sino distintas posibilidades.

Opción padres y madres. El propio sistema facilita la incorporación al sistema laboral de personas que se han visto obligadas a dejar empresas. Hay personas de muy interesante cualificación. Y sería muy interesante para estos padres y madres conocer a los “reyes de la casa” en ese entorno y tal vez, conociendo la realidad del aula, pudieran formar parte activa y útil del proceso educativo en el que no siempre se sitúan en el lugar adecuado cuando eligen confrontar con maestros y profesores, a favor de “sus hijos”.

Opción alumnos en prácticas: las prácticas reales, remuneradas o no, son el mejor bagaje para la actividad profesional del futuro.

Opción cuidadores en rol “vigilancia”: útil para edades muy tempranas o para jóvenes y adolescentes. Los perfiles serían muy diferentes, así como sus roles y responsabilidades.

…, y sí, ahora dime que estás pensando que estoy loca. Un poco sí, lo suficiente para no dar nada por sentado; no considerar nada inamovible y no poner frenos ni límites a ninguna idea.

Y es que lo difícil no sería la adecuación de lugares o la dotación tecnológica.

Aquí lo difícil es sacar a tanta gente de su zona de confort -a lo que algunos llaman derechos y sería bueno definir bien qué es una cosa y otra-. Lo complicado es conseguir la motivación suficiente para aceptar el re-entrenamiento didáctico de tantos docentes acostumbrados a dar clase como en el siglo XIX (sí, algunos ni siquiera llegaron al XX).

Y todo esto es tan difícil porque las terribles consecuencias derivadas de una merma en la calidad del sistema educativo son a medio-largo plazo, y las decisiones políticas y empresariales se tienen que tomar a vista de muy corto plazo. No hay ningún motivo para que niños, adolescentes y jóvenes de esta generación vivan un proceso educativo limitado o con limitaciones. No hay motivo que justifique otra brecha más de desigualdad. Tenemos capacidades tecnológicas, herramientas, metodologías y la gran oportunidad de dar el salto cualitativo que durante décadas hemos evitado.

Como dice Peter Diamandis, no dejemos que una crisis se desperdicie, siendo que la solución sólo depende de nuestra Mentalidad. 

 

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